Muchos de nosotros nos sentimos abrumados por el estrés de permanecer constantemente “conectados” y buscamos oportunidades para desconectarnos y darnos una pausa de constantes llamadas, mensajes y emails.
Sin embargo, muchos de quienes viven en comunidades rurales tienen el problema opuesto ya que buscan la manera de estar conectados. Cerrar esta brecha digital se resume al acceso, la educación y una aplicación práctica.
La Sociedad depende de Internet
Las personas que no tienen acceso a internet tienen una participación limitada en la economía digital y cuentan con menos capacidad de completar tareas importantes que a menudo se les presentan. Pensemos por un momento en cuántas veces al día buscamos algo de manera rutinaria en internet como un número telefónico o una dirección. ¿Sabía que Google responde a 3500 millones de búsquedas diarias mundialmente?
Ahora imaginemos que desaparecieran los teléfonos inteligentes por un día. Algunos de nosotros no podríamos hacer nada ya que ni las guías telefónicas ni los mapas impresos existen. Las funciones diarias de una oficina dependen tanto del uso de email y del envío de mensajes que si una torre celular queda fuera de servicio, habría una paralización completa del trabajo.
Invisibilidad digital
Sin duda, existen algunos beneficios al no estar completamente conectados, pero los gobiernos locales y nacional han reconocido que esto trae serias repercusiones a comunidades (y parte de ellas) que son prácticamente invisibles digitalmente en una sociedad global cada vez más interdependiente y conectada. La extensión de la infraestructura para el ancho de banda es vital para el futuro dinamismo de pequeñas ciudades.
Exclusión digital
El acceso a Internet puede cambiar las consecuencias de la pobreza en poblaciones más vulnerables que corren el riesgo de quedarse de sufrir las consecuencias de la brecha digital.
Sobrecargada con una expectativa de vida reducida, con una mayor tendencia a padecer enfermedades y una alta probabilidad de ser víctimas de crímenes y violencia, esta parte de la población no solo es ignorada, sino también cada vez más olvidada. A medida que nuestros servicios municipales se ofrecen exclusivamente por internet, como por ejemplo solicitudes de empleo, la brecha existente se amplía y quedan aún más aislados.
Sin embargo, la exclusión digital tiene un costo alto. El desarrollo económico y de talento humano está asociado al acceso a la tecnología y actualmente sufre las consecuencias de tener una fuerza laboral descalificada y desconectada.
Acceso, educación y aplicación práctica
El acceso a la tecnología aunado a una familiarización general (y no un miedo) a las computadoras, pantallas táctiles, transacciones en línea y el uso de la nube son habilidades esenciales para el día de hoy. A un nivel profesional, en todas las edades y en cualquier trabajo, la posibilidad del éxito depende del acceso a internet de banda ancha. Al enfrentar el desafío de una población cambiante, los gobiernos de las ciudades deben actuar y ofrecer servicios cada vez más rentables a través de decisiones basadas en datos.
Como tendencia global de urbanización, las personas están mudándose a las ciudades. En algunos casos, la densificación de la población urbana transforma comunidades rurales en pueblos fantasmas. No obstante, las pequeñas comunidades rurales luchan por contar con internet de banda ancha y así retener a sus residentes. Por ejemplo, los millennials esperan una conectividad continua sin interrupciones y demandan velocidad y confiabilidad, sin importar donde se encuentren. Además, a medida que la generación baby boomer se jubila, el campo de la salud digital crece exponencialmente. Solamente mediante la instalación de cables de fibra óptica seremos capaces de alcanzar las expectativas de alta velocidad, descargas rápidas y una alta demanda de banda ancha para la transmisión de video.
Equidad digital
Según el informe de Despliegue de Banda Ancha presentado La Comisión Federal de Comunicaciones en 2018 “más de 24 millones de estadounidenses carecen de servicio terrestre de banda ancha fija de velocidad de 25 Mbps/3 Mbps. Las zonas rurales y las comunidades indígenas aún permanecen rezagadas en comparación con áreas urbanas en el despliegue de banda ancha móvil.”
Todas las zonas de nuestras comunidades (rurales, urbanas e indígenas) necesitan acceso a redes de banda ancha de alta velocidad. Lev Gonick, Director de Información de la Universidad del Estado de Arizona, habló en el evento Broadband Communities Summit sobre su labor junto a la Nación Navajo, donde la escuela local se destacó por la cantidad de personas a las que ayudó a tener éxito, en vez de a la cantidad de excluidos. “La equidad digital es nuestro desafío en la lucha por los derechos civiles”, comentó.
Comprar, tomar prestado y construir
La creación de una red de infraestructura de fibra en toda la ciudad parece ser un desafío agotador. Así como cualquier otro desafío imposible, lo mejor es hacer un abordaje paso a paso.
Hay que empezar por hacer un inventario de activos. Al representar una ciudad se tiene el activo más importante: el derecho de paso. Quizás hay más bienes de los que se sabe. El próximo paso es sentar las bases para una infraestructura de red que pueda construirse a partir de un sistema de conductos.
Las opciones son varias: dejárselo a un socio local en telecomunicaciones, arrendar fibra oscura o construir una red propia.
Obviamente, uno de los obstáculos es el financiamiento. Cada opción representa una importante inversión financiera. Este obstáculo puede presentarse como un desafío en ciudades más grandes, pero es mucho mayor en zonas rurales ya que las empresas de telecomunicaciones tradicionales no estiman un retorno en la inversión. Por lo tanto, en muchos casos no hay voluntad para crear alianzas comerciales y tales circunstancias reducen las opciones de las comunidades rurales ya que se ven forzadas a ignorar las demandas de sus ciudadanos o a buscar opciones rudimentarias.
Conclusión
Esencialmente, una parte de nuestra población se ha formado para el trabajos en el sector manufacturero, muchos de los cuales hoy en día ya no existen. Cuando los gobiernos locales consideran la posibilidad de conectar a toda la población, se abren oportunidades para todos por igual para optar por opciones de empleo que formen parte de la economía digital, lo que abre espacio para el crecimiento de todos los miembros y negocios de la comunidad.